Sudamérica, siempre hermoso, salvaje y acogedor a la vez, lleno de personas hogar y de montañas inexploradas, llevábamos varias temporadas viajando a los Andes para disfrutar cada verano europeo del invierno austral, de sus mares de montañas y del mejor powder que hayamos surfeado nunca!

Pero ese año era diferente, simplemente sabía que quería volver a casa con algo sumado a mis experiencias de otros años que le dieran un valor especial a en concreto ese viaje a Sudamérica. Había oído hablar por mi padre, fanático de la ropa y los jerseys que te abrazan en invierno, que la alpaca era carísima y de muy buena calidad en el Sur, asique el invierno anterior decidí regalarle uno y de paso a mi madre, y porqué no, a mi hermana y hermano! El éxito fue tal que me recomendaron traer mas la próxima vez para sus amigos, que habían encantado!

Lo que comenzó como meter unos jerseys en una maleta y vender a los amigos, acabó por aventurarnos a un viaje en Perú donde los chilenos nos contaron, se encontraba la mejor alpaca. Aterrizamos en Lima, con cara de turistas perdidos y unas mochilas para pasar un mes, lo primero fue enfrentarnos con la oleada de taxistas que nos ofrecían todo tipo de precios por llevarnos al albergue, desde 100$ en adelante, por fortuna veníamos advertidos asique conseguimos sacar el taxi por cuatro duros. Coincidimos con un taxista muy amigable que contándole nuestra idea nos aconsejó de ir a la Gamarra donde se encuentran todo tipo de telas, costureros, artesanos, marcas, etc. Perfecto! Ya teníamos el dato!

Al día siguiente, después de encontrar que nuestro hostal no existía y dar mas vueltas por la ciudad que perro perdido, llegamos a la gamarra, comenzó la odisea, el mercado de Marrakech se queda pequeño a su lado, la Gamarra es una zona enorme llena de calles repletas de tiendas de todo tipo de prendas, costureros, telas, cremalleras, decoraciones, bordados, plantas, frutas, etc. Vamos que si nunca has encontrado lo que buscabas, seguro esta en la Gamarra!. De nuevo nuestras caras de turistas perdidos no nos ayudan y al poco de llegar encontramos que nos intentan vender de todo, desde vestidos hasta un sonajero… al poco de llegar entendimos que ese lugar poco o nada tenía que ver con la alpaca ni con artesanos andinos…

Andábamos en camino de vuelta al centro de Lima con la cabeza mirando al suelo cuando de pronto veo un pequeño cartel metido en una callejuela un tanto oscura… hacemos etiquetas! y de pronto algo hizo click en mí, esa intuición que dice Eureka! y que sí o sí hay que seguir… así que pensamos… etiquetas? marca? contactos? Vamos! Así que ahí fuimos, dimos con un chico con cara de informático inteligente que en diez minutos nos dió el dato de artesanos de alpaca y su contacto para la creación de las etiquetas para la marca, la primera sensación que tuvimos al salir fue esto va cogiendo forma!!

Lo primero que hicimos al día siguiente fue juntarnos con el exportador de prendas de alpaca, actual amigo, persona esencial para AndeSoul sin el cual nada de esto habría sido posible, y de ahí en adelante todo fue coser y cantar… Pasamos 15 días en Lima donde conocimos a los artesanos, mostramos los diseños, acordamos colores, materiales, etc.

Si algo nos encantó de crear AndeSoul es la gente que también lo ha hecho posible, colaborar y ayudar a crecer a gente sencilla paciente y cercana, con amor por lo que hace y con ganas de crear diseños personales, no tiene precio! Cuanto nos queda por aprender de Sudamérica… un lugar que siempre te lleva de vuelta al pasado, a las raíces del mundo, al porqué de la historia, a la sencillez olvidada… Y de ahí nosotros, AndeSOUL.

 

43083228_2289915981241404_971892598548048657_n(1)